sábado, 23 de junio de 2018

Fincas señoriales

 A los pies del Montgó
 El turismo empezó con las fincas señoriales propiedad de apellidos ilustres, donde veraneaban don Juan y doña Margarita. En la carretera de Ondara a Dénia, entre campos de naranjos, se esconden unas cuantas fincas señoriales de esas que todas querríamos haber heredado. Son caserones con jardines centenarios, torres cubiertas de hiedra, antiguas balsas de riego y hasta capilla. Los Ordovás, los Noguera, los Girona, los Reyna, los Cárdenas, los Landecho, los Cañamás, los Gadea, los Merle o los Morand son algunas de las familias que conservan una de esas casas donde pasaron los veranos sus padres y abuelos.
 Juan Noguera, el Marqués de Cáceres, pasó su infancia en una de ellas: «Don Juan y doña Margarita venían cada verano, él salía a navegar y ella se quedaba para que la visitase el doctor Buygues, un reputado oftalmólogo. Allí nos reuníamos todos los primos, íbamos a la playa y nos cambiábamos en casetas de madera». Carlos Gadea heredó otra de esas casas, Casa Santonja. «Llegábamos en junio y volvíamos en septiembre. Nos bañábamos en las balsas de riego, heladas porque el agua se cambiaba cada día».
 Las viñas de secano se convirtieron en regadío y el moscatel dio paso a la naranja. Las balsas pasaron a ser piscinas y las fincas se mantuvieron intactas mientras alrededor empezaban a levantarse las primeras urbanizaciones, como Playa Grande. Parte del encanto de Dénia es esa historia que aún conserva. «Ha sabido encontrar el equilibrio entre la tranquilidad y la animación, entre lo urbano y lo rural, entre las playas de roca y las de arena, entre lo ostentoso y lo discreto», decía Quique Dacosta, quien añadía que es mágico porque tiene a un lado el mar y a otro la montaña. «Es un ecosistema privilegiado para un cocinero». Y su restaurante, un gran reclamo. «Aquí puedes tomar uno de los mejores arroces del mundo mundial, por no hablar del pulpo seco, las cocas y la pelota de cocido, los erizos de mar o la gamba roja», dice Ángeles Casanova, que todos los veranos embarca en el ferry a Ibiza. Es el punto más cercano a las islas y por eso, muchos patronos, que suelen navegar en grupo, hacen parada en Dénia antes de la travesía. «Aprovechamos para comer o cenar en El Pegolí o El Faralló», cuenta el artista Lu Gorritz. En las Rotas pasa los veranos María Cosín. «Me encanta bañarme a primera hora, luego ir a correr o pasear y tomar el aperitivo en Sendra». María no se pierde cada verano la fiesta que organizan Alfonso Manglano y Eva Marcellán en la casa familiar de Mayrén Beneyto en Beniarbeig.
 Mayrén Beneyto con Rosario Oliver, Amparo de Rojas, Rosa Terencio Mati y Pilar Devesa en su casa de Beniarbeig, llamada Casa Irenita. / LP
 Es otra de las casonas importantes de la zona. «Antes organizaba yo las fiestas, pero ahora prefiero invitar a comidas a grupos más reducidos y dejar a mis hijos las cenas», dice Mayrén.
 Las Provincias 27/7/2019
  El Alto Palancia
Navajas, Jérica y Altura, tres municipios en el  Alto Palancia
 Navajas es una pequeña localidad del interior sur castellonense que tuvo un gran esplendor como zona de veraneo de la burguesía de la ciudad de València a principios del siglo XVIII y cuya época dorada testimonian villas de estilo señorial y palaciego, con epicentro en la calle en la que se ubica la residencia actual de Vicente Boluda.
                                                                         Villas

Cascada Salto de la NoviaAdolfo Aucejo 
 El domicilio de Navajas forma parte del patrimonio familiar de Boluda y ha sido escenario de celebraciones y veraneos.
 La parcela se extiende en forma alargada y en ambos vértices presenta edificios acompañados de sus respectivas entradas; más señorial y con arco la primera; más discreta y directa la segunda, ya que conecta con el edificio principal sin apenas solución de continuidad respecto a la verja de privacidad; de paseo una tercera, que enlaza directamente con la entrada del edificio principal cuyos ventanales lucen con toldos cromados de intenso rojo. En el centro se aposta un jardín de considerables dimensiones y jalonado de vegetación en la que destacan altas palmeras.
 Vicente Boluda, en paralelo a su entrada en el mundo vitivinícola en 2006, canalizó a partir de 2007 y a través de Bodegas Fos unas 5.000 botellas de aceite de oliva de gran calidad procedente de fincas familiares de Navajas, Jérica y Altura. *Bodegas Fos, empresa del sector vitivinícola propiedad de Vicente Boluda y ubicada en Elciego (Álava)
  La almazara se encuentra en Altura.  Valle del Palancia y la Sierra de Espadán, cuna de la oliva Serrana.
 
Cartuja de Vall de Crist
 las ruinas de un monasterio jerónimo de 1405
El Manantial de la Esperanza
 La finca campestre del Mas de Fos, situada a poco más de 15 kilómetros de Navajas y cercana al Santuario de la Cueva Santa, ya en la localidad de Altura, también en el Alto Palancia. Una finca ubicada en el barranco del Calerizo, en la estribación noroeste de la Sierra Calderona y que cuenta con diversas edificaciones, una caballeriza y una plaza de toros. La propiedad cuenta además con un coto privado de caza de perdices.
 La casa abandonada del crimen de los Pantoja
  la mansión ubicada en Navajas (Castellón)
 El molino del Sombrerero se movía por las aguas del manantial de la Esperanza. Algo paradójico si tenemos en cuenta el nefasto destino que le deparaba a este lugar, y a sus habitantes. Fue a principios del siglo pasado cuando el coronel Pantoja adquirió esta propiedad como vivienda vacacional y decidió ampliar las instalaciones del antiguo molino, cuyo origen se remonta a 1877.   en los años sesenta ocurre el brutal suceso que marcaría el lugar para siempre. 
 La historia que cuentan los lugareños asegura que un día, el padre no llegó a comer. La madre, al ver la inusual tardanza, pidió al hijo que fuese a buscarlo a la granja anexa. Después de buscarlo por las distintas naves, el niño encontró a su padre en el suelo, muerto, maniatado y con un tiro de escopeta.
 Segorbe.

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