«el saler per al poble»
La movilización comenzó en los 70.
Va ser el primer ajuntament democràtic, amb Ricard Pérez Casado al capdavant el que finalment decidí restaurar la Devesa.
Visitem la Devesa, gaudim-la, respectem-la i sobretot, ESTIMEM-LA.
Una Devesa viva y sostenible.
Uno de los primeros movimientos ciudadanos de España, que en los años
setenta consiguió paralizar una urbanización que hubiera acabado con la
Devesa de El Saler.
En 1962 el Ayuntamiento de València promovió un plan para urbanizarlo y
convertirlo en una marina mediterránea más, destinada al alojamiento
temporal del “turismo de masas” con el que Manuel Fraga Iribarne,
ministro entonces de Información y Turismo, planteaba colonizar los
espacios marítimos más singulares. El Plan fue aprobado el 1965 por el
consistorio que presidia el alcalde Adolfo Rincón de Arellano, comenzó a
ejecutarse poco tiempo después y pronto se van a visualizar sus efectos
destructores en el bosque y la playa.
’El Saler per al poble” fue el emblema de la campaña ciudadana que en
el verano del 1974 planteó con rotundidad que la urbanización era un
desastre y que se debía recuperar la Devesa.
El movimiento ciudadano fue
apoyado por las asociaciones vecinales nacidas en los barrios y pueblos
en el final del franquismo y por la iniciativa de profesionales
diversos, sociólogos (Josep Vicent Marqués), arquitectos (Just Ramírez),
docentes (Trini Simó) o periodistas.
El trabajo del movimiento ciudadano consiguió que no se continuara construyendo la urbanización. Los edificios que todavía hay en el interior del bosque del Saler, la autopista que se estrangula o el campo de golf son algunos de los recuerdos o cicatrices de una urbanización que habría acabado con la Devesa. La primera corporación democrática valenciana, presidida per Ricard Pérez Casado, paralizó definitivamente la ejecución del plan urbanizador, inició en 1980 los estudios para la recuperación del Saler y aprobó el Pla Especial protector de la Devesa en 1982. Después, en 1986, la Generalitat declaró el Parque Natural de La Albufera donde se incluye la Devesa del Saler, comenzó la regeneración de los sistemas dunares (1990-2000) arrasados por la urbanización y la ordenación de los usos turísticos de la zona.
El trabajo del movimiento ciudadano consiguió que no se continuara construyendo la urbanización. Los edificios que todavía hay en el interior del bosque del Saler, la autopista que se estrangula o el campo de golf son algunos de los recuerdos o cicatrices de una urbanización que habría acabado con la Devesa. La primera corporación democrática valenciana, presidida per Ricard Pérez Casado, paralizó definitivamente la ejecución del plan urbanizador, inició en 1980 los estudios para la recuperación del Saler y aprobó el Pla Especial protector de la Devesa en 1982. Después, en 1986, la Generalitat declaró el Parque Natural de La Albufera donde se incluye la Devesa del Saler, comenzó la regeneración de los sistemas dunares (1990-2000) arrasados por la urbanización y la ordenación de los usos turísticos de la zona.
«el Llit del Turia ès nostre i el volem verd»
Una vez desviado el río Turia hacia las afueras de Valencia tras la gran
riada de 1957, el gobierno franquista proyectó construir en el antiguo
cauce una gran autopista urbana que atravesara toda la ciudad. La gran
movilización ciudadana que se produjo a mediados de los años setenta en
contra de este proyecto, organizada en torno a la campaña cívica “El
llit del Túria és nostre i el volem verd” (el lecho del Turia es nuestro
y lo queremos verde), consiguió paralizarlo. Pocos años después, el
firme compromiso del primer ayuntamiento democrático surgido tras las
elecciones municipales de 1979, presidido por el alcalde socialista
Ricardo Pérez Casado, haría realidad la reivindicación ciudadana de
transformar el antiguo cauce del Turia en espacio verde, convirtiéndose
así en el parque urbano más largo de Europa con sus 9 kilómetros de
longitud.
«Salvem el Botànic, Recuperem Ciutat »
El solar de Jesuitas junto al Jardí Botànic de Valencia.
Uno de los principales símbolos del
movimiento vecinal de la ciudad de València se disuelve tras 22 años de
lucha.
Salvem el Botànic así lo ha decidido después de considerar que ha
visto «cumplido» su principal objetivo: conseguir que el solar de
Jesuitas quedara libre de edificación para evitar que un inmueble
afectara negativamente al histórico jardín de la Universitat de València
(UV).
El colectivo ha asegurado que ya en su fundación –en marzo de
1995– no se imaginaba «el tiempo que costaría conseguir su objetivo,
como tampoco la cantidad de adhesiones y aportaciones que todo ello
generaría», ha confesado la coordinadora cívica en un comunicado.
«Salvem el Cabanyal»
El Cabanyal-Canyamelar, el barrio marinero de Valencia, símbolo de la
resistencia ciudadana, se levanta poco a poco tras años de ostracismo.
El temor a la demolición de más de 1.000 casas en la zona para prolongar
una gran avenida hasta el mar -era la pretensión del PP de Rita Barberá
que gobernó durante 25 años la capital- se esfumó con la llegada hace
dos años del Gobierno de coalición formado por Compromís, Socialistas y
Valencià en Comú. Atrás quedaron 15 años de lucha vecinal sin cuartel
–en los tribunales y en la calle- contra los planes desarrollistas del
Consistorio, que fueron derogados.
Superada la pesadilla, este barrio de población envejecida pero muy
arraigada, con bolsas de marginación relacionadas con la inmigración,
busca su revitalización con la llegada de nuevos vecinos.
sus casas características, su cercanía al mar y porque conserva el ambiente de barrio.casitas bajas y fachadas singulares, con preciosos azulejos.
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